Hablemos de cementerios nucleares | 4.° parte

En el mundo hay más de 20 depósitos nucleares subterráneos nuevos en estudio y desarrollo y en la mayoría de ellos aparece la resistencia, tanto social como de las autoridades locales.

Por Juan Vernieri

Los intentos similares al proyecto francés de Bure que se han hecho hasta ahora están lejos de ser convincentes.

En los Estados Unidos los desechos nucleares de alta radiactividad, de la generación de electricidad, no tienen un lugar fijo para almacenarlos definitivamente, se guardan en almacenes temporales. Un intento de construir un Almacén Geológico Profundo para combustibles gastados en Yucca Mountain fracasó después de una inversión de 19 mil millones de dólares.

Existe una Planta Piloto para el Aislamiento de Residuos (Waste Isolation Pilot Plant, WIPP), en Carlsbad Nuevo México, que es el primer almacenamiento subterráneo licenciado para el almacenamiento supuestamente seguro y permanente de residuos radioactivos transuránidos. Esta planta se destina solo a los residuos procedentes de producción de armamento nuclear, de investigación y otros usos y no admite combustibles gastados de las centrales, pues estos últimos tienen una temperatura no prevista en el diseño de la Planta.

En nota anterior vimos uno de los accidentes que sufrió este cementerio.

La región también alberga otras instalaciones nucleares: la Instalación Nacional de Enriquecimiento URENCO en Eunice y el sitio de Waste Control Specialists en Andrews, Texas.

Plutonio

El gobierno federal tiene un controvertido plan para utilizar el depósito WIPP para eliminar el exceso de plutonio apto para armas que no tiene otra utilidad que fabricar bombas nucleares. Líderes locales de Carlsbad, por interés económico, expresaron su apoyo al plan.

La Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA) del Departamento de Energía de Estados Unidos celebró audiencia pública en Carlsbad para tratar su programa propuesto para diluir y “eliminar” 34 toneladas métricas (TM) de plutonio excedente en la Planta Piloto de Aislamiento de Residuos WIPP.

Gran parte de los desechos, formados por plutonio y otros materiales utilizados en el desarrollo de ojivas nucleares, se almacenaron en la planta Pantex en Amarillo, Texas, después de que se considerara que excedían las necesidades de defensa federal en 1994.

Según la propuesta del Departamento de Energía, los desechos se enviarían al Laboratorio Nacional de Los Álamos para su procesamiento, luego al sitio de Savannah River en Carolina del Sur para su embalaje antes del envío final a WIPP para su depósito.

Significaría que los desechos cruzarían Nuevo México tres veces, un punto de fricción para los opositores al proyecto que argumentaron que pondría a los nuevomexicanos en mayor riesgo a lo largo de las rutas de transporte.

Mary Landreth, residente de Carlsbad, argumentó que el este de Nuevo México ya corría un riesgo desproporcionado de exposición nuclear a través de las operaciones WIPP en curso desde que la instalación comenzó a aceptar desechos en 1999.

Landreth dijo que pensaba que se debería aumentar la seguridad en Pantex y que los desechos deberían dejarse allí hasta que haya otro depósito disponible, aunque WIPP es actualmente el único depósito geológico profundo de Estados Unidos que puede albergar desechos nucleares.

No quiero que el este de Nuevo México se convierta en un vertedero de desechos nucleares”. “Nuevo México no tiene una planta nuclear. ¿Por qué tomamos los desechos de otros estados? Creo que la mejor solución sería aumentar la seguridad de las instalaciones de almacenamiento de Pantex”.

En apoyo al plan, el presidente de un Grupo de Trabajo, Jack Volpato, dijo: “es un deber patriótico de nuestra comunidad ayudar a resolver el problema del exceso de plutonio”.

El primer envío de esos desechos llegó recientemente a WIPP para su “eliminación”, enviado directamente desde Carolina del Sur al depósito.

Lorraine Villegas, residente de Hobbs, que vive a unas 60 millas del sitio WIPP, dijo que los riesgos eran demasiado altos al considerar los peligros de tráfico que enfrentarían los cargamentos de desechos en el camino hacia el depósito. “Conduzco por estas carreteras todos los días y he visto accidentes que no quieras ver”, dijo. “No me siento cómoda con tanto material viajando por esas carreteras”.


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