Deficiencias en los monitoreos radiológicos de las instalaciones nucleares argentinas
por Cristian Basualdo
El Movimiento Antinuclear de la República Argentina advirtió la existencia de deficiencias en los monitoreos ambientales que realiza el Estado en las zonas del país afectadas por la industria nuclear, mediante una nota presentada al secretario de Control y Monitoreo Ambiental del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, Sergio Federovisky.
Uno de los casos citados como ejemplo es la falta de determinación del tritio ligado orgánicamente en los alrededores de las centrales nucleares argentinas. Actualmente, las dosis de radiación a la persona representativa del público se calculan utilizando modelos anatómicos que representan la distribución del agua tritiada en los órganos y tejidos del cuerpo. Pero la actividad fijada en los tejidos es mayor debido al trito ligado orgánicamente, que tiene una vida media biológica más larga que el agua tritiada.
La medición del tritio ambiental en sus diversas formas es un paso clave para la evaluación de los riesgos sanitarios y ambientales en la cuenca del río Ctalamochita, que presenta las concentraciones de agua tritiada más altas del mundo. Por ejemplo, Nucleoeléctrica detectó en la boca del canal de descarga de la Central Nuclear Embalse 23.456 bequerelios por litro en octubre de 2018. A manera de comparación, cabe señalar que el límite establecido por Japón para la descarga al mar del agua almacenada en la accidentada central de Fukushima es de 1.500 bequerelios por litro de agua tritiada.
Otro ejemplo es el deficiente seguimiento del cobalto-60 en el lago Embalse. El cobalto-60 se forma de manera indeseada en los materiales estructurales del reactor de Embalse. A partir del año 2000, Nucleoeléctrica comenzó a detectar este radionucleido en las muestras ambientales recogidas en el lago Embalse. Durante la parada programada del año 2004, la empresa estatal tomó muestras en el canal de descarga de la Central Nuclear Embalse y detectó 30 bequerelios por kilogramo de cobalto-60 en sedimentos. En el monitoraje radiológico de 2005, Nucleoeléctrica señaló que “las únicas muestras que mostraron algunos isótopos emisores gamma debidos a Central Nuclear Embalse son las de los sedimentos del canal de descarga o de los puntos cercanos a la boca del mismo”, en dicha oportunidad la empresa estatal detectó 3,2 bequerelios por kilogramo de cobalto-60.
Sin embargo, en los monitoreos recientes, Nucleoeléctrica no detectó cobalto-60 en los sedimentos del lago Embalse. La radiactividad es un proceso en el que elementos inestables se transforman gradualmente en elementos estables siguiendo las leyes de la desintegración radiactiva, entonces basta considerar el período de semidesintegración del cobalto-60 para saber que sigue presente en los sedimentos, y es el deficiente monitoreo de la empresa estatal el que no lo detecta.
A fines de 2019, el Movimiento Antinuclear de la República Argentina tomó una muestra de sedimentos donde el agua del lago moja la costa cercana a la boca del citado canal de descarga, y la envió al laboratorio de la Comisión de Investigación e Información Independicente sobre la Radiactividad (CRIIRAD) de Francia, que encontró 0,20 ± 0,14 bequerelios por kilogramo de cobalto-60.
En la nota a Sergio Federovisky, el Movimiento Antinuclear de la República Argentina solicitó la elaboración e integración de la información relativa al monitoreo ambiental de aquellas zonas del país afectadas por la industria nuclear. El 7 de junio, el citado Ministerio le asignó un número de expediente, hasta ahora no tuvimos respuesta.
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