Cuando la especulación financiera daña los ecosistemas: el caso de la Blue Sky Uranium

Perforación exploratoria de la Blue Sky Uranium, en la zona de Valcheta, provincia de Río Negro.


Para obtener fondos de los inversores, la Blue Sky Uranium lanzó una campaña de perforaciones exploratorias que suponen un peligro para los acuíferos y las aguas superficiales de la provincia de Río Negro.

por Cristian Basualdo

RÍO NEGRO, Argentina, 13 mayo 2021.- Un campamento de la empresa canadiense Blue Sky Uranium Corporation, ubicado a unos 30 kilómetros de Valcheta, tiene a maltraer a los productores rurales de la zona. En febrero, la empresa inició una nueva campaña de perforaciones exploratorias en busca de uranio; el trajinar de maquinarias y camionetas daña los caminos rurales, y dificulta la circulación de los ganaderos para sus actividades cotidianas.

El campamento minero se quedó sin agua en el verano, y la empresa intentó -sin éxito- comprar agua a los productores vecinos, que también padecían la sequía. Las precipitaciones son escasas en la región, con un promedio anual de 200 milímetros. Los ganaderos recurren a fuentes de agua subterráneas, mediante pozos o jagüeles, y a la recolección de agua de lluvia.

La Minera Cielo Azul SA, una subsidiaria de la Blue Sky Uranium, contrató a una veintena de personas en Valcheta. La localidad de unos 7 mil habitantes padece la desocupación, y la expectativa de un trabajo sirve para conseguir la licencia social para la minería de uranio.

Las actividades de exploración suponen un peligro para los acuíferos y las aguas superficiales, y pueden afectar la salud de los habitantes de la zona. La ong uranium-network.org, con sede en Alemania, publicó los daños ocasionados por este tipo de perforaciones en el folleto: La minería del uranio ¿de qué estamos hablando? (en inglés). Las perforaciones exploratorias pueden alcanzar un acuífero, entonces, las aguas subterráneas pueden entrar en contacto con el yacimiento de uranio y, como resultado, el uranio y sus productos de desintegración acabarán contaminando el recurso. Las perforaciones también pueden cambiar el flujo del agua o desecar un manantial. En otros casos, los pozos de prueba no se cerraron y sellaron, lo que permitió que el agua que contenía contaminantes radiactivos llegara a la superficie. Además, se suelen utilizar productos químicos que pueden tener efectos negativos en la salud de las personas y los animales, y deben eliminarse adecuadamente. Finalmente, las muestras recuperadas de las perforaciones deben manipularse con cuidado, porque pueden contener uranio y sus productos de desintegración. La Blue Sky Uranium no respondió una consulta realizada por quien suscribe estas líneas, preguntando por la disposición final que le dan a las muestras, si realizan algún tipo de remediación una vez finalizada la perforación y los tipos de químicos utilizados.

Recursos inferidos de naturaleza incierta

La Blue Sky Uranium se publicita como líder en el descubrimiento de uranio en Argentina, con más de 400 mil hectáreas de propiedades mineras. Su mascarón de proa es el proyecto Amarillo Grande, en la provincia de Río Negro; en la vecina Chubut publicita las propiedades mineras Tierras Coloradas, Sierra Colonia, y Cerro Parva. Según el CEO de la empresa, “Niko” Cacos, lo que tienen en Argentina “no es solo un depósito de uranio, sino la Arabia Saudita del uranio”. Para que los inversores norteamericanos se hagan una idea de la extensión de Amarillo Grande, dijo que “es como ir desde Vancouver casi hasta Seattle”, en una reciente entrevista, también lo comparó con los distritos de Kazajistán, el principal productor de uranio del mundo. Como veremos más adelante, esta geografía imaginaria de maravillas y fulgores, no se corresponde con los documentos de la empresa. En relación al grupo empresario, “Niko” Cacos afirmó que su presidente Joe Grosso, del Grosso Group, aporta una enorme ventaja competitiva para operar en Argentina, “nos permite obtener permisos rápidamente para acceder a proyectos remotos”.

El secretario de minería de Río Negro, Joaquín Aberastain Oro, en relación a Amarillo Grande manifestó que “el estrecho vínculo entre Minera Cielo Azul SA, los institutos y empresas estatales, garantizan la articulación para abordar los avances del proyecto y el desarrollo tecnológico nuclear”, durante una entrevista para la revista Panorama Minero, en julio de 2020.

Lejos de las marquesinas y de los anuncios rimbombantes, al 31 de diciembre de 2020 la Blue Sky Uranium acumulaba pérdidas por unos 39 millones de dólares canadienses, con un balance de apenas 1,3 millones y un capital de 29 millones de la misma moneda. Un informe del auditor Crowe Mac Kay dice (página 2): “Llamamos la atención sobre la Nota 1 de los estados financieros consolidados que describe la incertidumbre material que puede arrojar dudas significativas sobre la capacidad del grupo para continuar como empresa en funcionamiento”. Esta afirmación es más o menos una sentencia de muerte para una empresa. La Nota 1 (página 9) da algunos detalles más: “las propiedades mineras de la empresa no tienen actualmente reservas probadas y, sobre la base de la información disponible hasta la fecha, aún no se ha determinado si estas propiedades contienen recursos económicamente recuperables”.


El campamento de Minera Cielo Azul SA, una subsidiaria de la Blue Sky Uranium, en la zona de Valcheta, provincia de Río Negro.


La última presentación de la Blue Sky Uranium incluye un “descargo de responsabilidad y lenguaje preventivo”, la letra chica advierte que contiene información prospectiva, que implica riesgos que podrían hacer “que los acontecimientos, resultados, rendimiento, perspectivas y oportunidades reales difieran materialmente de los expresados o implícitos en dicha información prospectiva”. Los recursos minerales no han demostrado su viabilidad económica, la cantidad y la ley de los recursos inferidos comunicados son de naturaleza incierta.

Las empresas cuyas acciones están registradas y se negocian en una bolsa de valores, tienen que presentar informes sobre sus actividades y resultados. La tarea del auditor es comprobar si el balance de la empresa se ajusta a la legislación canadiense, no es obligación del auditor investigar ni juzgar ningún tipo de publicidad de la empresa. La Blue Sky Uranium no habla de su situación actual -no está obligada a hacerlo-, sólo habla del brillante futuro en su presentación. Como toda pequeña empresa de exploración, depende de la capacidad de recaudar fondos, todo se basa en hacer creer a los inversores que pueden probar que el yacimiento es económicamente explotable, y los inversores prefieren la(s) bonita(s) persentación(es) a los aburridos estados financieros e informes de los auditores.

Son pocas las empresas de exploración de uranio que tienen suerte y pueden identificar un yacimiento explotable; la tasa de éxito apenas está documentada, supuestamente, es muy inferior a la del negocio del petróleo y el gas (estimada entre un 30 y 40 %). Los inversores de las empresas que fracasan no obtienen ningún beneficio, y la población local de las zonas de exploración se queda con las promesas de puestos de trabajo y desarrollo económico. Sin embargo, los daños ambientales pueden persistir.

A principios de 2012, la Blue Sky Uranium firmó un memorando de entendimiento con la empresa estatal francesa AREVA, para explorar uranio en Argentina. AREVA financió casi 3 millones de dólares antes de poner los pies en polvorosa, en mayo de 2014, por la falta de resultados atractivos. La Blue Sky Uranium nunca publicó un informe de la exploración de AREVA.

Rebobinando, resulta que, luego de una década de anuncios eldoradistas, a fines del año pasado la Blue Sky Uranium se dirigía al naufragio. Para evitarlo, anunció un programa de perforaciones por 4.500 metros, por el que obtuvo fondos de capital privado por 5,5 millones de dólares, “estamos perforando aproximadamente un agujero al día”, dijo “Niko” Cacos en una entrevista. También contrató al RB Milestone Group LLC para “asesoramiento en materia de comunicación corporativa”.

La impunidad de tener todo el gobierno detrás, sumada a la ventaja que le da el tipo de cambio, permiten a la Blue Sky Uranium dejar los paisajes patagónicos como un colador, al solo efecto de mantenerse a flote vendiendo esperanza a los inversores.

Advertencias del futuro

Una cosa es segura, los daños provocados hasta ahora por la Blue Sky Uranium son un pequeña muestra de lo que sucederá si logra vender Amarillo Grande, y la mina Ivana comienza a operar cerca de Valcheta.

Alertados por la actividad exploratoria de la minera, las Asambleas del Curru Leufu (Río Negro, en mapudungún, el idioma de los mapuches), presentaron el 22 de marzo un amparo colectivo ante el Superior Tribunal de Justicia de la provincia de Río Negro. Además, publicaron un documento en el que explican las razones por las cuales en Río Negro la megaminería no tiene licencia social.

La Asamblea Neyen Mapu (Respirar de la Tierra, en mapudungún), en defensa del agua y el territorio de Valcheta, organizó un concurso de cortos en los colegios para conmemorar el Día de la Tierra. El ganador fue realizado por docentes y estudiantes de 4° grado de la Escuela Primaria N.º 15 de Valcheta, el video comienza con dos niños del futuro en un entorno yermo, amarillento, un paisaje similar al que deja la minería de uranio; los niños deciden retroceder en el tiempo, hasta la actualidad, para advertirnos sobre la importancia del cuidado del agua.


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Comentarios

  1. Gracias Cristian por el artículo. Dura realidad que estamos viviendo en Valcheta. La lucha continúa. No bajamos los brazos.

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