Rafael Grossi, canciller imperial | 1.° parte
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| Rafael Grossi, director general del Organismo Atómico de la Energía Atómica (OIEA). Crédito: Jon Gambrell / AP. |
por Agustín Saiz
En este nuevo esquema de reconfiguración territorial, que el ente anglo sionista intenta imponer sobre el continente, surgen dos figuras de nacionalidad argentina claves. Mientras se entrecruzan las injerencias de mandatarios estadounidenses en nuestra política interna (Scott Bessent compra pesos y especula para mantener el tipo de cambio, el Comando Sur opera conjuntamente con el ejército argentino sin habilitación del congreso, Peter Lamelas coordina a los gobernadores como un ministro del interior de facto), argentina corresponde al gesto como si se tratara de un intercambio. Por un lado, con Javier Milei, ya reconfirmado en democracia gracias a los votos, instalado y listo para seguir actuando con la determinación de un virrey, que solo pretende ejecutar sin filtro las órdenes de sus superiores. Por el otro, se le suma ahora Rafael Grossi, en un cargo fundamental para la articulación de las políticas de injerencias del nuevo régimen sobre el resto del mundo, postulándose a la jefatura de la ONU.
El argentino Rafael Grossi viene promoviendo su carrera al mando del OIEA, como trampolín para su candidatura. Como funcionario ha cumplido con todos los deberes que su rol institucional e histórico, le imponen en el ejercicio de los intereses de occidente. Se merece el cargo, ha hecho méritos más que suficiente. A continuación, repasaremos algunos de los hitos dentro de su meteórica carrera, que se entrelaza con varios de los conflictos que han puesto de cabeza al mundo. Empezaremos invirtiendo el orden cronológico de atrás para adelante, analizando el más reciente.
Israel ataca Irán
Rafael Grossi, a través de la emisión de un comunicado oficial de la OIEA, cumplió un rol clave dando argumentos suficientes como puntapié inicial para la decisión del ataque de Israel sobre Irán, empujando el conflicto a una escalada de consecuencias sin precedentes.
Israel inició un ataque sorpresa sobre Irán el 13 de junio del 2025. La respuesta continuó con la devolución de Irán a través de bombardeos continuos y localizados sobre infraestructura militar y energética. EE. UU. intervino de manera ambigua y poco transparente, llevando a cabo un ataque quirúrgico “contra tres instalaciones nucleares en Irán, entre ellas Fordo, Natanz e Isfahán” y anunciando “la destrucción completa y total de las tres instalaciones nucleares”. (1) Más allá de que la efectivad de los resultados que fue cuestionada, con la intervención de un tercero en el conflicto, se logró el objetivo de imponer a la fuerza un “impasse”, aunque temporario y frágil, como un nuevo punto negociación.
Benjamín Netanyahu había utilizado el informe de la OIEA para declarar casi en paralelo a su publicación que: “El OIEA ha publicado un informe grave e inequívoco sobre el programa nuclear iraní. El organismo presenta una imagen cruda que sirve como una clara señal de advertencia: a pesar de las innumerables advertencias de la comunidad internacional, Irán está plenamente decidido a completar su programa de armas nucleares. () La comunidad internacional debe actuar ahora para frenar a Irán.” (2)
Como contraparte, Irán respondió publicando una serie de mails en los medios públicos entre funcionarios de Israel y Rafael Grossi, que formarían parte de una desclasificación aún mayor de documentos obtenidos por los servicios de inteligencia. Según estas fuentes, “hay una coordinación completa entre el OIEA e Israel”, acusando de OIEA de haberse convertido en una “herramienta al servicio de los intereses de Israel”. (3) Irán cree desde hace años que la OIEA le provee al régimen israelí información sensible, incluso respecto a científicos nucleares que luego son asesinados y como base para operaciones de sabotaje. (4) Para comprender como resuenan estas palabras, debemos contextualizar el conflicto desde una perspectiva histórica. La OIEA jamás demandó exigencia alguna sobre el plan nuclear Israelí para armas, vigente en la clandestinidad desde la década del 60´s, que continúa actualizándose a diario y de manera permanente con nueva tecnología. (5)
El viernes 20 de junio, apenas un día antes del ataque de los EE. UU., durante una reunión de emergencia del Consejo de la Seguridad de la ONU, Grossi intentó desligarse de la posible catástrofe. Planteó que “no hay indicios de que Irán esté fabricando un arma atómica” (6), alertando sobre los riesgos de atacar reactores nucleares, refiriéndose a la única central nuclear de Irán en Bushehr. De este modo se desdijo así mismo, proponiendo una interpretación de sentido alternativa, de la que había sido planteada en el informe que a principios de mes desencadenó el conflicto. Según dicho informe “la evaluación exhaustiva () nos ha llevado a concluir que estos tres lugares (Varamin, Marivan y Turquzabad), y otros posibles lugares relacionados, formaban parte de un programa nuclear estructurado no declarado”, “hemos estado buscando explicaciones y aclaraciones de Irán, incluso a través de una serie de reuniones y consultas de alto nivel en las que he participado personalmente”, pero “lamentablemente, Irán ha omitido reiteradamente responder a las preguntas del Organismo o no ha proporcionado respuestas técnicamente creíbles.” (7)
Pero ya era tarde, la piedra ya había sido arrojada y la incursión militar de Israel sobre Irán consumó en los hechos, el propósito implícito de lo planteado en el discurso. “Una vez que termine la guerra, nos ocuparemos de Grossi”, dijo en los medios Ali Larijani, personalidad influyente del entorno cercano del Ayatola Jamenei.(5) “Debería haberlo dicho explícitamente de antemano” dijo el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, Esmail Baghaei quien criticó y atacó al director argentino del OIEA, Rafael Grossi de “actuar por fuera del ámbito de sus responsabilidades técnicas y funciones como director de la OIEA. Declaró muy tarde que no tenía pruebas de que Irán no vaya a convertir su programa nuclear para armas”.
A casi medio año, todavía el mundo continúa girando, Rafael Grossi ha sido el protagonista desencadenante de un conflicto, exponiendo al mundo a consecuencias impredecibles. Ha demostrado cualidades de subordinación y fidelidad a las directrices de un nuevo régimen, que siempre buscó emanciparse a través de las múltiples tensiones que genera. Rafael Grossi viene haciendo carrera, a nuestro modo de ver, en su extenso currículum, ha presentado suficientes antecedentes, para cumplir con aptitud el rol de canciller del imperio al que se postula.
Por coherencia e integridad a los valores cristianos de la civilización de occidente, sería una injusticia no otorgárselo.



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