Parece que el Cerro no está tan Solo, hay tensiones a su alrededor | 2.° parte
En nota anterior vimos que el gobernador del Chubut Ignacio Torres reclamó a la Comisión Nacional de Energía Atómica la devolución, entre otros, del yacimiento de uranio Cerro Solo. Si bien no ha habido una respuesta directa y definitiva por parte del gobierno nacional que satisfaga el pedido, la postura de Milei se centra en impulsar la explotación de estos recursos, más que en una devolución a la provincia para su control absoluto.
Por Juan Vernieri
Vimos que según la experta geóloga Marveggio el yacimiento debe explotarse a cielo abierto, pero… frente a la prohibición legal de la explotación a cielo abierto, algunos sectores proponen la lixiviación in situ como alternativa.
El geólogo Gerardo Cladera, presidente de la Cámara de Proveedores y Empresarios Mineros (CAPEM) de la provincia, dijo que Cerro Solo se puede explotar sin contradecir la Ley 5001, sugiriendo el uso de la lixiviación in situ.
Una de las mayores preocupaciones en torno a la minería en Chubut es el uso de cianuro y la explotación a cielo abierto, prácticas prohibidas por la Ley 5001.
Cladera manifestó que no solo no se utiliza cianuro, sino que puede evitarse la explotación a cielo abierto utilizando una técnica de explotación comparable a la que se utiliza para producir petróleo mediante recuperación secundaria y terciaria. “Son perforaciones, donde hay una planta bombeadora, para extraer el agua, hacer el tratamiento para sacar los minerales y reinyectarla nuevamente”.
Cladera parece no advertir que, a diferencia del petróleo, el uranio es radiactivo y en concreto lo que dice es que puede utilizarse la lixiviación in situ, procedimiento que Marveggio señaló como inviable.
Esta técnica consiste en inyectar soluciones químicas en el subsuelo para disolver el uranio directamente en su ambiente natural y luego recuperarlo mediante bombeo, significando un enorme e inevitable riesgo de contaminación radiactiva de napas.
Finalmente, Cladera lamentó la situación de abandono y despoblación que vive la Meseta Central, y abogó por permitir la explotación minera de metales para impulsar el desarrollo económico de la región. “Daría muchísima mano de obra al interior y a todos los proveedores”, señaló, destacando la necesidad de tecnología y maquinaria especializada.
Lo que Cladera calla es que las explotaciones de uranio en todo el mundo, y por todos los procedimientos que se han utilizado, han sido contaminantes. No dijo que los puestos de ocupación que crea la minería del uranio son tóxicos, un número significativo de trabajadores quedan afectados de cáncer y otros males muy conocidos.
Marveggio, a diferencia de Cladera, fue categórica: “Para Cerro Solo, la lixiviación in situ no es viable”, aseguró. Y explicó que ya en los años 90, la CNEA, con apoyo de expertos internacionales y del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), realizó exhaustivos estudios sobre las condiciones geológicas del yacimiento.
Estos estudios determinaron que la roca hospedante no es lo suficientemente permeable para la lixiviación in situ. Además, el sustrato inferior no es completamente impermeable, lo que implica riesgos de contaminación de acuíferos. La fracturación natural de la roca impediría un control efectivo de la solución química.
“Aplicar una técnica que no corresponde, corre mucho más riesgo, sobre todo de contaminar acuíferos profundos”, advirtió Marveggio. En resumen, la lixiviación in situ en Cerro Solo, es técnicamente inviable.
La explotación de uranio genera preocupación por su posible impacto ambiental, sobre todo en un contexto de escasez hídrica y fragilidad ecológica como el de Chubut.
Marveegio es clara: En su opinión, la solución no pasa por derogar la Ley 5001, sino por completarla. Es decir, realizar la zonificación pendiente que establece el artículo segundo y que permita la explotación de Cerro Solo a cielo abierto, bajo estrictos controles ambientales, aclara.
No se trata de “sí” o “no” a la minería, dijo, sino de aplicar el conocimiento científico para decidir dónde y cómo se puede hacer, reflexionó. Finalmente, la geóloga propuso convocar a un foro de especialistas.
Con ese foro, ¿se aliviarían las tensiones alrededor del solitario cerro? No creo.
Ya lo he dicho: a los grandes impactos ambientales y sociales de cualquier minería a cielo abierto, en las explotaciones de uranio se agrega la nociva radiactividad.
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