Método de extracción mineral denominado lixiviación in situ

Principalmente, hay tres métodos de explotación de yacimientos de minerales radiactivos: A cielo abierto, subterráneo y lixiviación in situ. Depende de las características del yacimiento, cuál es la modalidad más conveniente.

Por Juan Vernieri

Recordemos que la Ley XVII-N.º 68 (Ex 5001) prohíbe la actividad minera metalífera en la modalidad a cielo abierto, por lo tanto, en caso de intentarse alguna explotación de uranio en la provincia tendría que ser en alguno de los otros métodos.

El yacimiento más importante es el de Cerro Solo, cuya veta se encuentra en profundidad. La Comisión Nacional de Energía Atómica, propietaria del proyecto, tenía planeado iniciar la explotación a cielo abierto hasta llegar a la profundidad de la veta (aprox. 60 m) y luego continuar en túnel, no obstante, muy posiblemente esté analizando la lixiviación con recuperación como opción.

Introducción al método de lixiviación in situ

Los acuíferos subterráneos almacenan una variedad de metales, entre los cuales se puede encontrar el uranio, arrastrados por aluviones que bajan de las montañas. Este sería el caso para el que se adapta la lixiviación in situ.

El proceso de recuperación in situ está adquiriendo mucha importancia en el mundo porque es más barato, menos complejo que la minería tradicional, no requiere mover montañas de roca y no deja vertederos de residuos sólidos, solo lagunas de evaporación.

Entonces, la explotación de depósitos de uranio de menor concentración es teóricamente más rentable, siempre que en los costos no se incluya la remediación de las napas contaminadas, normalmente imposible y, por lo tanto, de valor inestimable.

Por estas razones y porque se están terminando los yacimientos favorables para la extracción a cielo abierto, China está migrando toda su producción hacia esta tecnología.

El proceso consiste en inyectar un “lixiviante” (disolvente) dentro del acuífero por medio de pozos inyectores. El lixiviante es arrastrado dentro del acuífero donde disuelve el uranio y otros minerales, y luego es bombeado por bombas centrífugas hacia la superficie por medio de pozos productores.

En superficie se separa el uranio y se manda a una planta de procesamiento. Parte del agua cargada de lixiviante, metales pesados, sales y elementos radiactivos, se recicla inyectándola nuevamente y parte se acumula en piletas de superficie para su decantación y evaporación.

Si la velocidad de evaporación es inferior a la disposición de agua excedente, se provocan verdaderas inundaciones en las zonas de explotación.

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