La Asamblea No a la Mina lanzó una campaña contra la minería de uranio en Chubut


Por Cristian Basualdo

La Asamblea No a la Mina Esquel convocó a una conferencia de prensa para el viernes 7 de marzo a las 11 horas en la Municipalidad de Esquel, bajo la consigna ¡Vienen por el URANIO, vienen por TODO!

Este digno pueblo Chubutense que defiende el agua y la vida no se va a callar”, manifiesta la Asamblea, “llevamos más de 22 años luchando, informando y concientizando. Nunca bajaremos los brazos, porque lo que está en riesgo es nuestro territorio, nuestra vida”.

El diario El Chubut informó que el gobernador Ignacio Torres reunió a casi todos los intendentes de Chubut, el viernes 28 de febrero, para comentarles que hay un proyecto de explotación de uranio, que sería una manera de empezar a generar mayores ingresos que necesita la provincia. Torres, en medio de un largo silencio, les dijo a los intendentes y jefes comunales que quienes no estén de acuerdo con este proyecto de uranio —sería el primero de varios—, pueden decirlo y él está abierto a discutirlo. “Quiero ahora que nos saquemos las caretas y todos los intendentes y jefes comunales que no quieren minería me den las razones y lo discutiremos”, fueron más o menos las palabras que pronunció el Gobernador mirándolos a todos a la cara.

El año pasado, Carlos Lorenzo, referente de la Federación Empresaria Chubutense, y asesor del gobierno de Ignacio Torres, declaró que hay certeza de yacimientos superficiales de uranio en los departamentos Mártires y Florentino Ameghino, los cuales, según él, no están alcanzados por la Ley 5001.

Desde 2003 está prohibida la minería a cielo abierto con uso de cianuro en Chubut (Ley XVII-N.º 68, antes Ley 5001). Para evitar la prohibición, se utilizaría la lixiviación in situ con ácido sulfúrico, una técnica que hace un uso destructivo del subsuelo, al inyectar un producto químico denominado lixiviante dentro de un acuífero mediante pozos inyectores. El lixiviante disuelve el uranio y es bombeado hacia la superficie mediante pozos productores. En definitiva, cualquiera sea la técnica que utilice, la minería de uranio introduce en la biosfera productos radiactivos que permanecían hasta entonces retenidos en la corteza terrestre, contribuyendo al envenenamiento radiactivo de los ecosistemas.

La historia que respeta los hechos demuestra que los impactos ambientales de la minería de uranio son imborrables. En 1981 cerró el Complejo Minero Fabril Pichiñán, que consistía en dos minas de uranio a cielo abierto, Los Adobes y Cerro Cóndor, y una planta de concentración de uranio ubicada en las cercanías del Paso Berwyn, en la margen derecha del río Chubut. En el lugar quedaron abandonadas 85.000 toneladas de las pilas de lixiviación, las cisternas de lixiviación, el dique de colas y 60.000 toneladas en la escombrera de desechos sólidos. La Comisión Nacional de Energía Atómica gestionó ante el Banco Mundial la financiación para el denominado Proyecto de Restitución Ambiental de la Minería del Uranio (PRAMU). El Banco Mundial dejó asentado en sus documentos que “años de laxitud en la aplicación de la normativa medioambiental y en las prácticas de gestión de la industria de extracción de uranio” habían dado lugar a un “legado medioambiental indeseable”, lo que suscitaba preocupaciones sobre “la salud pública a largo plazo y el uso de los recursos naturales”.

Difundí la campaña de la Asamblea No a la Mina Esquel

Con la misma convicción de siempre, le decimos: #NoEsNo Sr. Gobernador @NachoTorresCH, escuche al pueblo!!!

Bajate la imagen que te guste y ayúdanos a difundir, subila en tus redes y @ a la Asamblea @NoalaminaEsquel






Comentarios

Entradas populares