Cinco mitos de la disuasión nuclear | 1.° parte

Escultura que representa a San Jorge matando al dragón, creada a partir de fragmentos de misiles nucleares soviéticos y estadounidenses que fueron destruidos en virtud de un tratado. Crédito: Milton Grant / UN Photo.


Los Cinco mitos son: 1) “La disuasión nuclear nos mantiene seguros”. 2) “La disuasión nuclear mantiene la paz”. 3) “La disuasión nuclear es puramente defensiva”. 4) “La disuasión nuclear es normal”. 5) “Todos creen en la disuasión nuclear”.

Por Juan Vernieri

Estos cinco mitos generalizados contribuyen a sustentar la teoría, fundamentalmente errónea y peligrosa, que nos mantiene a todos bajo la amenaza nuclear. Por eso, hemos recopilado cinco breves explicaciones sobre cómo desafiarlos. En esta nota desarrollamos los dos primeros:

Mito uno: La disuasión nuclear nos mantiene seguros

La disuasión nuclear no protege a nadie; es una amenaza para todos nosotros.

La doctrina de la disuasión nuclear se basa en la amenaza constante y creíble de usar armas nucleares contra posibles oponentes, por lo que más de mil armas están listas para usarse constantemente. Esto es suficiente para devastar todo el planeta.

El hecho de que la disuasión nuclear podría fallar es innegable, y cuando la probabilidad de fracaso es inferior a cero, todo está en riesgo. Cuando la disuasión falla, estudios y simulaciones muestran que el uso de armas nucleares escalaría rápidamente a una guerra nuclear, matando a cientos de miles, si no millones, de personas.

Un número incontable más resultaría herido, mutilado o sufriría una muerte prolongada por enfermedad por radiación. Los estudios también muestran que las explosiones e incendios causados por armas nucleares arrojarían cenizas y escombros a la atmósfera que bloquearían la luz del sol en lo que se denomina un invierno nuclear, causando la pérdida masiva de cosechas, lo que provocaría una hambruna mundial y la muerte de miles de millones de personas.

Mito dos: La disuasión nuclear mantiene la paz

No hay evidencia de que las armas nucleares disuadan la guerra más allá de la correlación de su existencia con el hecho de que no han vuelto a utilizarse en guerras desde Hiroshima y Nagasaki.

Durante la Guerra Fría, ahora sabemos que fue una combinación de suerte y las decisiones de individuos dispuestos a desafiar los procedimientos establecidos lo que impidió una guerra nuclear, en particular durante la Crisis de los Misiles de Cuba en 1962 y en Europa a principios de la década de 1980.

Las afirmaciones de que la disuasión nuclear mantiene la paz no tienen en cuenta otros factores contribuyentes.

La historia también demuestra que poseer armas nucleares no disuade los ataques convencionales.

En 1973, Egipto y Siria atacaron a Israel a pesar de saber que ya poseía armas nucleares.

Argentina declaró la guerra a Gran Bretaña en 1982 al invadir las Islas Malvinas.

Pakistán atacó a la India en lo que se conoció como la Guerra de Kargil en 1999, cuando ambos países ya contaban con armas nucleares.

El arsenal nuclear estadounidense no disuadió a Al Qaeda de perpetrar los atentados del 11-S en Nueva York y Washington. (Fuente: ICAN)

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