Un plan nuclear de locura. Delirio Nro. 1: la mentira del Carem


por Agustín Saiz

Guido Lavalle (presidente de CNEA) acaba de decirlo “el Carem no es económicamente competitivo, no vamos a vender ese reactor” (1) y con esto se derrumba de un soplo toda la propaganda construida a favor de un proyecto que fue presentado como bandera de proa, de nuestra industria de tecnología de punta. Simplemente, no llegará a destino. Razones económicas y técnicas operan como una enorme muralla contra el voluntarismo y la certeza ciega de llevarnos a un futuro que no existe. Que harán los jóvenes por el clima y todos los grupos pseudo ambientalistas, cooptados por los aparatos partidarios, que se subieron arriba de este proyecto, para vender humo y operar a su favor durante el gobierno de Alberto y Cristina? Un nuevo reel?

El Carem debería ser un reactor modular, pero de modular tiene muy poco. Cualquier foto de su construcción nos muestra la montaña de hormigón que lo encarece ya de por sí, dejándolo por fuera del mercado. En el mundo hay otros 80 proyectos similares, muchos de ellos con sus partes transportables en un camión y con un costo por KW entre 5 y 7 veces más barato. Además, las “originalidades” de su diseño (vendidas como el resultado de las preciadas mentes brillantes científicas) son a la larga una desventaja, no son muchos los países del resto del mundo, fuera de la Argentina, con ganas de licenciar un reactor al que muchas de sus partes (módulo convección vapor, sistema barras) no se han probado nunca antes en ningún otro lado. Respecto al financiamiento, después del lanzamiento del plan de Milei algo que era necesario finalmente ha quedado develado: nadie se ha tirado de cabeza para comprarlo. Todo lo contrario, después del hackeo de sus planos (2) probablemente desde los EE. UU., hayan constatado que no hay nada que temer, su futuro en el mercado es inviable.

La cronología del Carem es un periplo representativo de la pérdida de tiempo y recursos montada bajo una mala estrategia de unos pocos, sobre el resto de la población que lo sufre. La primera colada de hormigón se vertió en el 2014, luego fue suspendido en el 2019 para retomarlo en el 2022, debería haberse terminado en el 2024, ahora apuntan al 2027. Tal vez no lo terminen nunca. La patente original del Carem es del año 1985, luego de las diferentes gestiones, en Mayo del 2024 el nuevo presidente de la CNEA, con buen criterio, pide la revisión de los elementos más innovadores. Del resultado de dicha evaluación es que deciden cancelarlo.

A todos los patriotas, nacionalistas que con orgullo e ignorancia han apostado a este proyecto, ilusionándose con la idea demencial de una Argentina exportadora de reactores nucleares a la patria grande, hay que decirles, que no hay ninguna conspiración desde el imperio contra el progreso de los argentinos, detrás del complejo entramado de la geopolítica, simplemente ustedes han creído en un proyecto que técnica y económicamente terminó siendo un bluf.

De Richter a Milei, pasando por la CNEA, el plan nuclear argentino traspasado por un mismo nivel de locura.

  1. https://econojournal.com.ar/.../la-cnea-descarta-el.../

  2. https://periferia.com.ar/.../un-hackeo-a-la-cnea-puso-en.../

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