Prosigue el emocionante culebrón atómico | 1.° parte

El primer Hualong One, Fuquing-5, es el reactor de referencia para Atucha III. ¿Se comprará alguna vez? Mejor NO. Crédito: Corporación Nacional Nuclear China.

 

Se halla estancada la relación comercial nuclear con China, pero Milei, que según dijo alguna vez, no comerciaría jamás con un país comunista, ahora anunció la reapertura de la negociación por la compra de un reactor Hualong One de tecnología china. Este asunto da para una novela o mejor para un novelón.

Por Juan Vernieri

Un poco de historia: En el 2006 el Plan Nuclear Argentino se hallaba dormido desde antes de la crisis que agobió al país al inicio del siglo. El gobierno de Néstor Kirchner decidió reactivarlo. Nació entonces la idea de construir dos nuevas centrales atómicas con apoyo chino, que fueron materia de Memorandums, Acuerdos, Convenios, cartas y planes, matizados con viajes a China de altos y no tan altos funcionarios, conversaciones internacionales, etc. etc.

En el 2009 se sancionó la Ley 26.566 de relanzamiento del Plan Nuclear Argentino.

El 5 de setiembre de 2013 se suscribió con China un “Memorandum de Entendimiento”.

El 18 de julio de 2014 se suscribió el “Convenio Marco de Cooperación”.

El 4 de febrero de 2015 se firmó el “Acuerdo entre ambos gobiernos para la Construcción de un Reactor de Agua Presurizada”

El 25 de febrero de 2015 se sancionó la ley de aprobación del Acuerdo. En noviembre de ese año en representación de la presidenta de la Nación en la Cumbre del G20 en Turquía, los ministros Axel Kicillof y Julio De Vido celebraron convenios con China para la construcción de la cuarta y la quinta central nuclear en Argentina.

El 30 de junio de 2016 se suscribió el “Memorando de Entendimiento en el cual el Gobierno argentino se comprometía a comenzar la construcción del reactor de Agua Pesada no más allá de 2019”.

En enero de 2017 se adquirió un terreno con una extensión de 110 has. situado junto a los reactores Atucha I y II, en la localidad de Lima (P.B.A.) para la radicación del nuevo reactor.

El 12 de mayo de 2017 se aprobó el “Plan Quinquenal Integrado China-Argentina” en el que ambas partes se comprometieron firmar los contratos comerciales antes del 30 de setiembre de 2017 y comenzar la construcción de la IV Central Nuclear en 2017 y la V Central Nuclear en 2019. Se preveía una inversión total de 14.000 millones de dólares (para ambos). China financiaría el 85 %, dando un período de gracia.

A esta altura eran incontables los viajes de funcionarios a China, incluidos el ministro De Vido, el presidente Macri, el gobernador de Río Negro, secretarios de Energía, subsecretarios, etc.

A China solo le interesaba el reactor de su tecnología, que entonces se designaba como 5.ª. Central Nuclear. Argentina le había propuesto a manera de condición a China, que financiara un reactor Candú de uranio natural y agua pesada, de tecnología canadiense, conocida y dominada por los técnicos argentinos.

Canadá había cedido a Argentina el uso gratuito de la patente. A “regañadientes” después de innumerables vueltas China aceptó financiar el reactor Candú que iría en Lima prov. De Bs. As. junto a los existentes allí, con designación Atucha III.

El de tecnología china que originalmente se pensaba para Neuquén, se ubicaría en Sierra Grande en la Provincia de Río Negro, con designación 4.ª. Central Nuclear.

La reacción popular rionegrina en toda la provincia fue determinante. Incluso en la vecina Chubut hubo repercusiones. Las manifestaciones fueron tan decisivas que cuando el presionado gobernador Alberto Weretilneck le informó al presidente Macri que desistía del reactor, el pueblo rionegrino no le creyó y le insistió para que presentase un proyecto de Ley que instrumentara esa decisión.

Se sancionó la Ley casi por unanimidad. Así, Río Negro no puede hoy instalar reactores productores de electricidad. Por un tiempo el restante reactor quedó sin definición de ubicación. Versiones lo situaban también junto a las Atuchas.

Continuará.

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