El problema de encontrar un lugar para los residuos que nos sobrevivirán V

Más de 70 años después del comienzo de la Era Nuclear, según el Informe Mundial Sobre Desechos Nucleares, en Europa Occidental en 2018 había en funcionamiento 144 centrales nucleares que han producido varios millones de m³ de desechos nucleares y no hay ningún almacén dónde depositarlos definitivamente.

Por Juan Vernieri

Más de 60.000 toneladas de combustible nuclear gastado están almacenadas en toda Europa en depósitos provisionales en superficie, y se han generado alrededor de 2,5 millones de m3 adicionales de residuos de nivel bajo y medio. Se estima que, durante su vida útil, el conjunto de reactores nucleares europeos producirá alrededor de 6,6 millones de m3 de desechos nucleares. El cálculo, basado en estimaciones conservadoras, incluye los residuos de la operación, el combustible nuclear gastado y el desmantelamiento de los reactores, no incluye los residuos radiactivos de la minería ni los del procesamiento del uranio.

La generación de residuos nucleares y la próxima clausura de las instalaciones nucleares al final de su vida útil están planteando un reto gigantesco, las instalaciones de almacenamiento provisional en superficie están llegando al límite, especialmente para el combustible nuclear gastado. A nivel global, la OIEA estima que actualmente existe un stock mundial de alrededor de 250 mil toneladas de combustible gastado muy radiactivo, a las que se añaden unas 12.000 toneladas anuales, pero parece que el lobby nuclear desconoce o no quiere ver esta realidad.

El desmantelamiento de un reactor nuclear lleva normalmente unos 20 años. La mayoría de los países que enfrentan el destino de sus residuos nucleares están planeando horizontes de 40 a 60 años vista, solo para implementar los programas de depósito final de los residuos. Estos plazos tan largos hacen que la crisis climática en curso y el agotamiento de recursos planteen incertidumbres muy grandes, ya que los residuos son multiplicadores de riesgo de accidente nuclear grave.

Planear esta operación complejísima para 2080 no parece un objetivo cabal.

Solo tres países, los EE. UU., Alemania y Japón, han completado proyectos de desmantelamiento de reactores civiles. A mediados de 2019, de los 181 reactores civiles clausurados en el mundo, solo 19 habían sido totalmente desmantelados, y en solo 10 se ha conseguido que el lugar pueda utilizarse libremente para otros fines. (Fuente Moisés Casado)

Japón invertirá unos 280 millones de dólares para modernizar un almacén de residuos nucleares en la prefectura de Ibaraki, al noreste de Tokio. “La Agencia de Energía Atómica de Japón estima que a los contribuyentes les costará esa cifra rectificar el deficiente almacenamiento de residuos radiactivos en una piscina de la planta de reprocesamiento de la central nuclear de Tokai”.

Algo menos de la mitad se necesitaría para construir un sarcófago sobre la piscina donde se almacenan temporalmente los tanques de residuos nucleares e instalar equipos de elevación.

La agencia precisó que entre 1977 y 1991, alrededor de 800 tanques de desechos que emitían altos niveles de radiación se bajaron a la piscina de almacenamiento usando solo un cable, tras lo cual muchos quedaron tumbados de lado o boca abajo, mientras que otros resultaron dañados al caer a la piscina.

En 1990 se descubrió que no se cumplían las condiciones para almacenar los residuos nucleares. Las obras para recuperar los tanques se han retrasado continuamente. Será muy difícil, si no imposible, retirarlos sin que se desparrame su contenido.

Ahora los expertos esperan poder empezar a levantar los residuos nucleares a mediados de la década de 2030, y se prevé que las obras duren unos 70 años. (Fuente Sputnik Mundo).

Japón proyecta la creación de un sistema de almacenamiento a largo plazo para poder enterrar residuos procedentes del accidente de Fukushima y de otras centrales del país. Según el gobierno, unas 900 localidades han sido identificadas en función de sus condiciones geológicas como las más seguras para ubicarlos. La mayoría pertenecen a la costa este de la isla principal de Honshu, incluyendo la región de Tohoku, devastada por el terremoto y el tsunami de 2011, además de las islas de Shikoku y Hokkaido.

Los depósitos proyectados demandarían unos 28.500 millones de euros para su construcción y mantenimiento, se ubicarán a unos 300 metros de profundidad y serán diseñados para durar en torno a 10.000 años, en línea con la larga vida de los isótopos radiactivos. ¿Y después? Será un problema para las futuras generaciones.

Para tener el visto bueno de las autoridades locales de las zonas que acogerían los depósitos, se deberá obtener la comprensión de los ciudadanos.

Más allá del optimismo de las autoridades, los gobiernos regionales y ciudadanos de las áreas elegidas se han mostrado reticentes y opositores al proyecto.

No es fácil encontrar un lugar para los residuos que nos sobrevivirán.


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