El secreto nuclear de Los Ángeles


California. Años de mal manejo de materiales radiactivos y productos químicos peligrosos han dejado un legado tóxico para las generaciones de personas que viven cerca del Santa Susana Field Laboratory.

por Joel Grover y Matthew Glasser

Escondido en las colinas sobre los valles de San Fernando y Simi, había un laboratorio de más de 1100 hectáreas con una misión que era un misterio para las miles de personas que vivían a su sombra. En un lugar llamado Área IV del Santa Susana Field Laboratory (SSFL), existía una colaboración secreta entre el gobierno estadounidense y empresas privadas para probar los límites de la energía nuclear.

Durante décadas, los científicos y el personal del SSFL experimentaron con nuevos tipos de reactores nucleares, sistemas avanzados de cohetes y armas futuristas. Si bien esta investigación ayudó a lanzar a los estadounidenses al espacio y proporcionó una mejor comprensión de la energía nuclear, los años de mal manejo de materiales radiactivos y productos químicos peligrosos también han dejado un legado tóxico para las generaciones de personas que viven cerca del sitio. Los científicos ya se fueron, pero hay hectáreas y hectáreas de contaminación radiactiva y química por encima de los barrios de miles de personas.

El NBC4 I-Team pasó un año investigando la historia del SSFL. El trabajo incluyó entrevistas con denunciantes, una intensa revisión de más de 15.000 páginas de documentos gubernamentales, académicos y corporativos, y entrevistas con docenas de miembros de la comunidad, expertos y funcionarios públicos. Ahora sabemos que estas familias han estado viviendo a la sombra de uno de los peores desastres nucleares de la historia del país y, por primera vez, NBC4 revela el secreto nuclear de Los Ángeles.

El sitio

El Santa Susana Field Laboratory (SSFL) ocupa más de 1100 hectáreas en el terreno rocoso de las colinas de Simi, en la intersección de Simi Valley y el oeste de San Fernando Valley. Se encuentra en la cima de Simi Hills, con vistas a Simi Valley al norte, Chatsworth, West Hills y Canoga Park al este, Woodland Hills y Thousand Oaks al sur, y Moorpark al oeste.

Cuando North American Aviation desarrolló inicialmente el emplazamiento, éste se encontraba en una zona remota, pero en crecimiento, de los condados de Los Ángeles y Ventura. Las urbanizaciones suburbanas estaban surgiendo en las cercanías, pero las vacas aún vagaban libremente y las granjas locales cultivaban naranjas y otros productos.

Pero las cosas han cambiado. Hoy en día, hay más de medio millón de personas que viven en un radio de 16 kilómetros del emplazamiento, rodeadas de densas poblaciones suburbanas. Miles de personas viven a menos de tres kilómetros del laboratorio.

El SSFL entró en funcionamiento en 1947 y acabaría convirtiéndose en el hogar de 10 reactores nucleares experimentales, así como en el lugar de miles de pruebas de cohetes, energía y armas. Debido a las uniones y adquisiciones de empresas a lo largo de los años, el SSFL tuvo varios propietarios a lo largo de las décadas. También fue utilizado por el gobierno de Estados Unidos. Sus actividades nucleares en el Área IV fueron supervisadas en su día por la Comisión de Energía Atómica de los Estados Unidos, que posteriormente se convirtió en el Departamento de Energía de los Estados Unidos (DOE). Otra sección del Laboratorio de Campo (Field Laboratory) es en realidad propiedad del gobierno federal y fue utilizada por la NASA para pruebas de cohetes y experimentos científicos.

Para comprender mejor lo que ocurría en el lugar, es importante entender cómo funcionaba.

¿Qué es el Santa Susana Field Laboratory (SSFL)?

Con la detonación de la primera arma nuclear del mundo por parte del Ejército de los Estados Unidos, el 16 de julio de 1945, el mundo inició la “Era Atómica”. Dos años más tarde, una empresa aeroespacial estadounidense llamada North American Aviation seleccionó un emplazamiento rural en las colinas de Simi Valley para construir un centro de investigación secreto. Al principio, el propósito del lugar era probar motores de cohetes. Pero en 1953, bajo la supervisión de la Comisión de Energía Atómica de los Estados Unidos, predecesora del DOE y de la Comisión Reguladora Nuclear, el Laboratorio de Campo añadió el Área IV. Esta sección de unas 84 hectáreas se dedicó a la investigación nuclear, incluyendo el desarrollo y las pruebas de reactores nucleares experimentales. A lo largo de cuatro décadas, el Área IV albergaría 10 reactores, una instalación de fabricación de combustible de plutonio, una instalación de combustible de uranio y un “laboratorio caliente” para cortar a distancia material radiactivo peligroso. El resto del emplazamiento, más de 800 hectáreas, se utilizó para las pruebas y el desarrollo de motores de cohetes para el programa espacial estadounidense y para la investigación de armas avanzadas. Durante su historia operativa, se realizaron más de 30.000 pruebas de motores de cohetes en el SSFL.

¿Por qué se llamó Laboratorio de Campo (Field Laboratory)?

Según el proyecto de Ley 990 del Senado de California (una Ley estatal aprobada en 2007 para sanear el SSFL), el lugar se concibió inicialmente como una ubicación remota para realizar trabajos científicos que se consideraban demasiado peligrosos para hacerlos en zonas más pobladas. El Panel Asesor del Santa Susana Field Laboratory, financiado por la Legislatura de California, informó de que en el Laboratorio de Campo los científicos tenían libertad para experimentar, probar y, en algunos casos, llevar sus equipos hasta sus límites y más allá.

A lo largo de los años, el lugar se utilizó para probar nuevos diseños de cohetes y 10 reactores nucleares experimentales. La libertad para experimentar dio lugar a una serie de avances tecnológicos, incluido el desarrollo de muchos de los motores que llevaron a los astronautas y satélites estadounidenses al espacio. Pero, según el Panel Asesor, el carácter experimental del centro también creó una atmósfera en la que la ciencia a veces se imponía a la seguridad y a las preocupaciones medioambientales. Dicen que esto ha provocado una grave contaminación química y radiactiva en todo el emplazamiento. Los estudios realizados por el DOE y la EPA han determinado que todavía hoy se puede encontrar una importante contaminación química y radiactiva en el emplazamiento.

¿Dónde se encuentra el Laboratorio de Campo?

El Santa Susana Field Laboratory tiene más de 1100 hectáreas en la cima de las colinas de Simi, con vistas a Simi Valley al norte, Chatsworth, West Hills y Canoga Park al este, Woodland Hills y Thousand Oaks al sur, y Moorpark al oeste.

¿Por qué eligieron esa ubicación para el Laboratorio de Campo?

North American Aviation quería un lugar remoto para realizar trabajos científicos peligrosos que estuviera lejos de miradas indiscretas y de zonas pobladas. Cuando la empresa buscó un emplazamiento para el Laboratorio de Campo, evaluó seis posibles ubicaciones en el sur de California. La empresa se fijó en factores de seguridad como los problemas meteorológicos, la posible contaminación del agua y la distancia a las comunidades residenciales. Santa Susana ocupaba el quinto lugar entre los seis emplazamientos porque sus patrones climáticos aumentaban el riesgo de que el aire y el agua contaminados fluyeran fuera del emplazamiento. A pesar de estas preocupaciones, la empresa eligió el emplazamiento de Santa Susana para el Laboratorio de Campo. El lugar se eligió finalmente por su proximidad a las universidades de investigación locales, donde muchos de los científicos del Laboratorio de Campo también trabajaban y enseñaban, según un informe del Estado de California de 2006 sobre el laboratorio de campo.

¿Cómo está distribuido el SSFL?

El SSFL está dividido en cuatro áreas. Las áreas I a II se utilizaron principalmente para pruebas de cohetes, pruebas de misiles y desarrollo de municiones. Una pequeña sección del Área I y las 164 hectáreas del Área II son propiedad del gobierno de los Estados Unidos y fueron utilizados por la NASA para pruebas de cohetes. El área IV se utilizó principalmente para el desarrollo, la experimentación y las pruebas de reactores nucleares. Aunque los terrenos del Área IV han sido propiedad de varias empresas aeroespaciales a lo largo de los años, el gobierno estadounidense alquiló y supervisó la mayor parte de la investigación nuclear que tuvo lugar en esta parte del emplazamiento. Aunque el Laboratorio de Campo estaba dividido en cuatro áreas, algunos empleados trabajaban en varias de ellas. En las entrevistas con el DOE y la EPA, algunos de estos trabajadores afirman que se desplazaban con frecuencia entre las áreas mientras trabajaban en diversos proyectos.

¿A quién pertenece el SSFL?

En 1947, la propiedad del SSFL fue adquirida por North American Aviation. Unos años más tarde, una división de North American Aviation llamada Atomics International desarrolló el Área IV en nombre de la Comisión de Energía Atómica, predecesora del DOE y de la Comisión Reguladora Nuclear, para probar reactores nucleares experimentales. En 1955, se fundó Rocketdyne como división de North American Aviation y supervisó las operaciones de las áreas I a III en el SSFL. En 1967, North American Aviation se fusionó con Rockwell Standard para convertirse en North American Rockwell. Seis años después, la empresa cambió su nombre por el de Rockwell International. Rocketdyne siguió siendo una división de Rockwell International. Boeing adquirió Rocketdyne en 1996 al adquirir las divisiones aeroespaciales de Rockwell International y es el actual propietario de la mayor parte del SSFL, con la excepción del Área II, que actualmente es propiedad federal bajo la responsabilidad de la NASA. El Departamento de Energía de los Estados Unidos también arrienda una parte del Área IV.

¿Quién es responsable de la limpieza del SSFL?

Como propietario actual del emplazamiento, Boeing es responsable de la mayor parte de la limpieza del Laboratorio de Campo, que está regulada por el Departamento de Control de Sustancias Tóxicas de California (DTSC). La NASA es responsable de la limpieza de sus secciones del emplazamiento, 16 hectáreas en el Área I y 164 hectáreas en el Área II. El DOE ha asumido la responsabilidad de limpiar la mayor parte del Área IV, ya que los trabajos nucleares se realizaron en nombre del gobierno de los Estados Unidos.

¿Cuál es el estado de la limpieza en el SSFL?

A lo largo de los años, se han realizado algunos trabajos de limpieza en el emplazamiento. Se han retirado muchos de los edificios y, según Boeing, “una cantidad sustancial de suelo contaminado”.

El proyecto de Ley 990 del Senado de California, promulgado por el gobernador Arnold Schwarzenegger en 2007, habría exigido a las partes responsables que limpiaran el SSFL hasta un nivel adecuado para el uso agrícola o residencial, el que fuera más estricto. Sin embargo, la Ley fue anulada por un tribunal federal después de que Boeing impugnara su validez alegando que se había elegido un lugar concreto de California para tomar medidas estrictas.

En 2010, la NASA y el DOE firmaron órdenes administrativas de consentimiento (AOC) con el Estado de California para limpiar completamente sus secciones del Laboratorio de Campo a niveles de fondo. Esto significa que cualquier contaminación que hayan creado tendrá que ser limpiada. El Departamento de Control de Sustancias Tóxicas de California (DTSC), la agencia que regula el emplazamiento, dijo a NBC4 que obligará al DOE y a la NASA a cumplir esos acuerdos. Boeing no firmó una AOC. En su lugar, su limpieza se rige por una Orden de Consentimiento del Estado de California de 2007. Esta orden autoriza al DTSC a determinar los niveles de limpieza de las secciones de Boeing del emplazamiento. El DTSC dice a NBC4 que aún no ha determinado esos niveles. Boeing dice a NBC4 que “la limpieza se basará en la ciencia establecida y seguirá el proceso reglamentario con transparencia y plena participación de la comunidad”. Además, la compañía dice que en el futuro el sitio sólo se utilizará como “espacio abierto no desarrollado”.

Según Dan Hirsch, profesor de política nuclear en la Universidad de Santa Cruz, que ha revisado el último plan de limpieza de Boeing y lleva décadas abogando por una limpieza total, el último plan de Boeing dejaría la mayor parte de la contaminación en el emplazamiento. Y Linda Adams, ex secretaria de la CalEPA, dijo a NBC4 que debería limpiarse toda la contaminación. Le preocupa que los restos de contaminación puedan llegar a las comunidades vecinas. El DTSC tomará la decisión final sobre los niveles de limpieza.

Los denunciantes

Durante décadas, dos antiguos empleados de Santa Susana vivieron con los secretos que presenciaron en el lugar. John Pace trabajaba en el experimento del reactor de sodio en 1959 cuando se produjo una fusión parcial. Su relato de lo sucedido, apoyado en documentos obtenidos por el equipo de la NBC4 y en entrevistas con funcionarios del gobierno, expertos y académicos, varía en gran medida del relato oficial del incidente.

Mientras que la Comisión de Energía Atómica, predecesora del DOE, afirma que “no hubo liberación de materiales radiactivos” al medio ambiente, Pace dice que la peligrosa radiación se liberó durante semanas y fue en cualquier dirección que soplara el viento. Pace afirma que la gran puerta del reactor se abrió para poder ventilar la radiación desde el interior del edificio. También recuerda que la chimenea de escape del reactor se abrió para que la radiación pudiera salir del interior del reactor dañado directamente a la atmósfera.

Dan Parks trabajó en el SSFL a principios de la década de 1960. Era físico sanitario y su trabajo consistía en controlar la radiación en el lugar. Durante una entrevista de casi tres horas, Parks nos dijo que fue testigo de la liberación de materiales radiactivos de varios de los reactores nucleares del sitio en el medio ambiente. También fue testigo de la quema de residuos radiactivos en las fosas de combustión del laboratorio de campo. Se trataba de lagos artificiales donde se vertían y quemaban los residuos.

La comunidad

Durante décadas, los habitantes de los barrios cercanos al SSFL se han preocupado por el impacto de las actividades del lugar en su salud. Dado que el laboratorio se encuentra en la cima de una colina, a algunos vecinos con los que hablamos les preocupa que la contaminación no se quede en el lugar. Puede que tengan buenas razones para preocuparse. Los expertos con los que hablamos, entre ellos un antiguo secretario de la EPA de California, un médico que estudia la radiación y un científico de alto nivel del gobierno, nos dijeron que cuando el viento sopla o las lluvias llegan y el agua fluye cuesta abajo desde el sitio, la contaminación radiactiva y química puede venir con ella. Y varios estudios, demandas y opiniones de expertos plantean serias preocupaciones sobre la contaminación fuera del sitio como resultado de lo que ocurrió en el SSFL.

A través de meses de investigación, el uso de los medios de comunicación social y la investigación a la antigua, el NBC4 I-Team identificó a decenas de personas que creen que su salud o la de su familia se vio afectada por la investigación en el SSFL. Muchos de ellos aceptaron sentarse con nosotros para una entrevista de un día de duración. Cada uno de ellos compartió su opinión sobre por qué creen que el Laboratorio de Campo es el culpable del sufrimiento de su familia.

El rastro de los documentos

No fue fácil reconstruir la historia del SSFL y, especialmente, del Área IV, donde se realizaban las investigaciones nucleares. Muchos de los documentos originales se han perdido, destruido o retenido. La versión oficial de la fusión de 1959 trató de minimizar el impacto del incidente y las emisiones radiactivas. El Dr. Jan Beyea, que estudió el accidente de 1959 para el Panel Asesor del Santa Susana Field Laboratory de California, escribió en un documento que “si hubiera habido una gran liberación [de radiación] mantenida en secreto en SRE, habría sido consistente con el comportamiento anterior en los Estados Unidos”. Este esfuerzo por mantener la historia en secreto es lo que descubrimos durante nuestra investigación de un año.

A pesar de los desafíos, el NBC4 I-Team pasó meses recopilando y revisando más de 15.000 páginas de documentos. Algunos de estos documentos se obtuvieron a través de solicitudes de la Ley de Libertad de Información del gobierno, otros fueron proporcionados por denunciantes y expertos que han estudiado el lugar. Al final, realizó una revisión intensiva de cientos de documentos gubernamentales, corporativos, académicos y comunitarios. Gracias a este esfuerzo, el NBC4 I-Team pudo reconstruir el secreto nuclear de Los Ángeles.

El legado

Aunque nuestra investigación actual nos ha llevado un año, en realidad se trata de una historia que lleva 36 años gestándose. En 1979, la KNBC fue la primera emisora del país en informar sobre un accidente nuclear en el Área IV del SSFL. En aquel momento, le dijeron que no había escapado radiación a la comunidad. A lo largo de los años, siguió la lucha por la limpieza del lugar y ha informado de los nuevos avances. Este año, decidió atar cabos por primera vez y llevar a cabo una investigación de un año de duración sobre lo que realmente ocurrió en el Área IV. Y, por primera vez, se documentó la verdad que se esconde tras el secreto nuclear de Los Ángeles.


Fuente:

Joel Grover, Matthew Glasser, LA’s Nuclear secret, noviembre 2021, NBC4 I-Team.

Este artículo fue adaptado al castellano por Cristian Basualdo.

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